La siguiente semana, 19 de marzo,
nos encontrábamos muy emocionados por ir a visitar a las personas de la casa
geriátrica ya que nos había gustado mucho la última vez que fuimos y también
esperábamos terminar el recorrido que quedó inconcluso la semana pasada. Cuando llegamos nos recibió nuevamente
Carolina con mucha emoción y lista para terminar el recorrido pero algo no muy
grato nos mostró esta vez. Ingresamos a
la parte de los pacientes que no pueden caminar ni mover ni un solo músculo y
bueno, a muchos de nosotros nos impresionó mucho ver a los pacientes que se
veían sufriendo. Después del terminar el recorrido mis amigos Diego, Rodrigo y
yo nos fuimos a hablar con una señora mayor sobre cómo era su vida antes que
llegue la casa geriátrica, lo malo es
que la historia de esta persona no era muy bonita que digamos pero lo bueno es
que después de todo terminó muy bien. Luego de despedirnos nos fuimos también,
con muchas ganas de regresar.
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